Este espacio me ha servido por algún tiempo como desfogue para muchas cosas, era mi almohada para gritar y hacer catarsis.
Creí que era momento de aprender de lo sucedido y reflexionar y de vez en vez pasaba por aquí para releer lo que en algún momento la garganta se negaba a sacar y los dedos se apresuraban a codificar.
Tomé el pasado y lo llevé hasta la caja donde se acumula el pasado, ahí a donde uno acude cuando las cosas no van bien o van demasiado bien a donde las cosas solo existen por definición, al lugar del que solo traemos cicatrices pero ya ninguna herida.
Hoy cambié el tintero, cambié la pluma y le sonreí a las musas, para comenzar de nuevo con una tinta distinta...
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